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Pintan poema de Jorge Debravo en San Pedro

UCR UCR

16/Abril/2015

En el muro del Liceo José Joaquín Vargas Calvo, frente a las residencias estudiantiles de la Universidad de Costa Rica, en San Pedro los transeúntes podrán ver a partir de esta semana un nuevo mural de arte público, elaborado por estudiantes de Bellas Artes de la Sede de Occidente, bajo la dirección del profesor Andrés Badilla Agüero.

El mural fue pintado por un grupo de 35 estudiantes que en forma voluntaria se desplazaron por grupos hasta San José durante el fin de semana recién pasado cuando se realizó la Expo UCR.

El coordinador del proyecto comentó que la importancia de intervenir espacios públicos como estos, es que los vecinos se apropien del lugar y lo hagan más transitable y seguro.

Añadió que por lo general trabajan en la zona de occidente tomando como punto de partida la tradición poética ramonense. “Lo que hacemos es hacer murales, arte público que estén basados en poesía. Trabajamos en comunidades e instituciones  educativas. Agregamos poemas e imágenes que parten de ese poema” explicó el profesor Badilla.

En esta ocasión, agregó el docente, a petición del director de Extensión Cultural magister Euclides Hernández, “partimos de un poema de Jorge Debravo, con dos figuras en los extremos del mural”. La figuras son dos niñas que juegan con un teléfono elaborado con dos vasitos y una cuerda. Una de las niñas dice el poema y la otra lo escucha.

El poema dice así: “Me gustaría tener manos enormes, violentas y salvajes para arrancar fronteras una a una, y dejar de frontera solo el aire. Que nadie tenga tierra como tiene traje, que todos tengan tierra como tienen el aire.”

El profesor Badilla expresó que más que algo estético, la idea es que el espacio lo reconozca todo el que transita por ahí, porque es un espacio abandonado, difícil de transitar que le pertenece a una institución pública.

El proyecto de Poemas Gráficos surgió hace nueve años por iniciativa de la artista plásticas Roxana Salazar Bonilla y la periodista Lilliana Solís Solís.

 

ELIZABETH ROJAS ARIAS