Sede de Occidente: 57 años de formar profesionales y generar conocimiento para el desarrollo integral de la región


La Universidad de Costa Rica, desde 1968, ha sido pilar fundamental para el desarrollo de la región de Occidente. La formación de profesionales, la presencia en las comunidades y la generación de conocimiento ha impulsado el crecimiento de los cantones que conforman esta zona del país.
Es así como la Sede de Occidente, con 57 años de existencia, pionera en el proceso de regionalización de la educación superior pública y con presencia en los cantones de San Ramón y Grecia, ha sido indispensable para el progreso social, económico y cultural de la región.
Pero ¿qué ofrece esta casa de estudios y cómo se ha visto beneficiada la población?, en cuanto a la formación profesional se ha destacado por tener opciones académicas acordes con las necesidades de la zona.
Actualmente cuenta con 25 carreras, entre las cuales destacan las carreras propias, desarrolladas como respuesta a dichos requerimientos regionales y nacionales, Laboratorista Químico, Gestión del Recurso Hídrico y Modelación Matemática, que se ofrecen en el Recinto de Grecia; y en la sede que se ubica en San Ramón se imparten Gestión de los Recursos Naturales, Enseñanza del Inglés y Educación de las Ciencias del Movimiento Humano para la Salud y la Calidad de Vida, que se abrirá en el 2026.
Miles de estudiantes han pasado por sus aulas universitarias, actualmente se cuenta con una población activa de 3 095 personas (hasta I ciclo 2025), quienes en su mayoría cuentan con una categoría de beca. Por ejemplo, al segundo semestre 2024 se contaba con 1 680 estudiantes con categoría de beca 5 y 226 con categoría de beca 4, que son las categorías más altas que ofrece esta institución.
El impacto también se hace presente por medio de proyectos de acción social e investigación, que trabajan con y para las comunidades acompañando y generando nuevos conocimientos.
De la mano con las comunidades y sus necesidades
Desde la Coordinación de Acción Social se cuenta con 55 proyectos de Extensión Docente, Trabajo Comunal Universitario y Extensión Cultural que facilitan oportunidades de capacitación, asesoría, educación, bienestar y recreación, entre otras, a las comunidades de Occidente.
Según el informe de 2024, en ese año se beneficiaron más de 174 000 personas, abarcando una amplia diversidad de grupos poblacionales ubicados en las siete provincias del país. Y desde el Trabajo Comunal Universitario las y los estudiantes realizaron 116 250 horas en las comunidades con un promedio de 3 100 actividades.
El Museo Regional de San Ramón, es uno de los proyectos de mayor impacto. Ubicado en el centro del cantón, en este edificio patrimonial convergen una serie de actividades educativas, académicas y culturales, entre otras más, siendo una vitrina del quehacer de este centro de estudios.

Con una agenda cultural robusta y con una fuerte presencia de la actividad académica de la Sede, este espacio permite un diálogo permanente ente la Universidad y las comunidades.
El Mag. Andrés Badilla Agüero, director del Museo, explicó que el proyecto permite dos tipos de actividades, la gestionadas que son propias de su quehacer y las cogestionadas en donde intervienen otros entes universitarios junto con las comunidades.
Dentro del ámbito de las actividades propias, Badilla indicó que el principal aporte radica en la habilitación de espacios dedicados al arte en una zona en donde hay pocas oportunidades de acceso, y en los que se ofrece la participación de artistas de renombre nacional e internacional. “Tener un lugar descentralizado, donde de forma gratuita se puede vivir la experiencia, es algo maravilloso e invaluable” añadió Badilla.
Además, este experto destacó que el Museo permite establecer contacto directo entre las comunidades y los artistas, “gracias a ello se consolidan los proyectos en comunidades; se consolidan talleres de producción puntuales, y en la mayoría de los casos, no permanentes; se consolida colocación de obras de arte; que es algo muy beneficioso y favorable para la comunidad artística y se consolidan grupos de trabajo” puntualizó.
En el Museo también se desarrolla la vida universitaria por medio de la Acción Social, la Docencia y la Investigación, tanto de la Sede de Occidente como de otras sedes universitarias que realizan sus actividades en este espacio. Se trata de la organización de diversos cursos, talleres, congresos, exposiciones, jornadas de investigación, ferias y el Robotifest UCR, que forman de los eventos que todos los años se lleva a cabo en este inmueble.
Badilla mencionó además que toda esa vida universitaria permite a las comunidades tener contacto y participar dentro del trabajo que realiza la UCR, lo que abre oportunidades para que las personas la sientan como algo vivo, posible y cercano.
“Yo me animo a decir que este Museo es uno de los espacios más estratégicos que tiene la Universidad, para poder darse a conocer y para dar cuentas también, porque esa es una obligación que tenemos. Poder decir aquí estamos, somos la UCR, y esto es parte de lo que hacemos. Porque dichosamente aquí ocurre de todo”, aseguró Badilla.
El Museo Regional de San Ramón tiene una alta visitación de personas, pues según Badilla en un año le visitan entre 75 mil y 80 mil personas; precisamente, en el 2024 alcanzó su mayor asistencia, con un total de 83 mil personas.
Generación de conocimiento en pro del desarrollo regional
Desde la Coordinación de Investigación de la Sede de Occidente se genera conocimiento por medio de 45 proyectos y tres actividades inscritas en cinco programas existentes, los cuales abarcan áreas como educación, ciencias naturales y salud, tecnología e innovación, ciencias sociales y gestión sostenible de los recursos naturales.
Esta generación de conocimiento ha contribuido con el desarrollo social, cultural y económicos de la zona de Occidente, dando sustento científico a temas relevantes para la región.
El área de las ciencias naturales ha sido un baluarte a partir del año 2018, con la creación del Programa de Ciencias Naturales y de la Salud (Procinasa UCR), una iniciativa gestada desde la carrera de Laboratorista Químico del Recinto de Grecia, que integra investigaciones relacionadas con la biotecnología, la química aplicada, el recurso hídrico, entre otras.
Según el Mag. Esteban Pérez López, encargado de este Programa, las investigaciones han generado impacto social por la trascendencia de los resultados, ya que ofrecen un estatus sobre diferentes temas. La calidad del recurso hídrico en un momento dado y en una zona específica, diagnósticos de calidad en productos de consumo diario como la acetaminofén e ibuprofeno, embutidos, bebidas o geles sanitizantes y la caracterización de cultivos (camarón, maíz, frijoles, café) por diversas técnicas, forman parte de las investigaciones realizadas que ofrecen insumos que a la postre repercuten en el bienestar, la salud y la calidad de vida de las personas.
Pérez subrayó que los resultados están al servicio de las comunidades, y que los datos obtenidos pueden ser utilizados en diferentes instancias para la toma de decisiones. A su vez, este especialista de Procinasa aseveró que todas las investigaciones requieren del desarrollo y la validación de métodos, que quedan publicados y al servicio de las y los habitantes locales, y para diversos objetivos, como por ejemplo pueden ser usados como base para el desarrollo de diferentes tipos de industrias.
En la Sede también se genera conocimiento relacionado con la gestión sostenible de los recursos naturales, gracias al Programa de Investigaciones en Gestión Sostenible de los Recursos Naturales (Pirena), creado en el 2016.
Su coordinador, el Mag. Michael Moya Calderón, mencionó que entre las temáticas que abordan destacan la valoración económica de los servicios ecosistémicos, el diagnóstico socioambiental de territorios, el monitoreo de biodiversidad, la gestión del agua, la conservación de hábitats clave, y la relación entre las actividades humanas –como el turismo o la urbanización– y los ecosistemas.
Moya destacó que el impacto de los proyectos que se generan es clave, ya que permite comprender mejor las dinámicas socioambientales de Occidente y de otras zonas del país, aportando datos científicos que orientan la gestión sostenible del territorio, el uso responsable de los recursos naturales, y la adaptación al cambio climático.
Finalmente, Moya aseguró que en el apartado ambiental el conocimiento generado permite orientar políticas públicas, planes de manejo, y estrategias de conservación; mientras que para el tema económico se generan herramientas para valorar los servicios ecosistémicos y orientar el desarrollo de actividades productivas más sostenibles, como la agricultura, la ganadería y el turismo rural; y en el ámbito social el programa fortalece la vinculación universidad-sociedad, ya que contribuye a la construcción de capacidades locales, a la toma de decisiones informadas, y al empoderamiento de comunidades y actores públicos en torno a la gestión ambiental.